A muchas personas no les gusta estar en la consulta del dentista. Para un niño en el espectro autista, puede ser una experiencia especialmente angustiosa y difícil. No les agrada que personas desconocidas se acerquen a ellos, así que imagina cómo se sienten cuando ese extraño no solo se acerca, sino que también les mete los dedos en la boca. Pueden ser sensibles a la luz, y la luz en las consultas de los dentistas suele ser deslumbrante, con una especialmente brillante justo encima de sus caras. A esto añadimos una experiencia desconocida, un lugar no familiar, dolor, la sensación incómoda de tener instrumentos dentro de la boca y olores extraños. Es una tormenta perfecta para un niño en el espectro.
Muchos de ellos pueden desarrollar una resistencia tan fuerte a visitar al dentista que algunos solo van cuando el problema ya se ha complicado. Si, lamentablemente, desarrollan una fuerte aversión al tratamiento, en algunos casos pueden necesitar anestesia general para poder pasar por esa experiencia. Sí, puede ser tan difícil para ellos.
La buena noticia es que, con una buena preparación, sensibilidad y un dentista adecuado, es absolutamente posible hacer que esta experiencia sea más soportable.
Recomendaciones para las visitas al dentista:
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– Elegid un profesional con experiencia en el tratamiento de personas en el espectro autista.
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– Se recomienda visitar la consulta antes de la cita, para que el niño conozca el lugar. Además, podéis explicarle con antelación lo que le espera. Por ejemplo, en la primera visita, el dentista solo mirará dentro de su boca y tocará sus dientes durante tres minutos.
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– Algunas clínicas dentales, especialmente las adaptadas para niños en el espectro, son visualmente agradables y, siempre que sea posible, tienen luces menos intensas.
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– El dentista debe ser paciente y explicarle al niño con el mayor detalle posible lo que está haciendo, qué olor tienen los guantes o los productos de limpieza, cuánto tiempo tomará. Algunos dentistas encantadores aceptan enviar al niño un breve vídeo presentándose, mostrando la clínica y explicando brevemente lo que le espera cuando llegue.
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– Es posible planificar de antemano una actividad que el niño disfrute mucho después de la visita al dentista, para motivarle a esforzarse y superar la consulta.
En casos en los que se desarrolle ansiedad ante las visitas al dentista, se recomienda consultar con un profesional capacitado en el área.