Adultos
Todos necesitan lidiar con sentimientos de dolor, ansiedad, confusión, ira, dificultades de adaptación, pérdida y, en ocasiones, duelo.
La terapia nos ofrece la oportunidad de desarrollarnos en un espacio sin prejuicios y de aceptación y de recibir apoyo que contribuya al bienestar y crecimiento personal.
Creo que no debemos tolerar sentimientos de dificultad grande y continua o un sentimiento de que estamos estancados y no satisfechos con lo que tenemos.
Buscar tratamiento nos brinda la oportunidad de comprendernos mejor a nosotros mismos y a quienes nos rodean.
Adolescentes
La adolescencia es una edad particularmente difícil. Muchos comportamientos típicos que se observan en los jóvenes se consideran patologías a una edad más avanzada
Entre otras cosas, confusión en la percepción de la propia identidad, presiones sociales, ambivalencia y emociones intensas.
Los jóvenes de hoy también están expuestos a efectos que les provocan ansiedad en las redes sociales. Físicamente, el cerebro sufre cambios que se reflejan en dificultad en la regulación emocional e impulsividad.
Junto con la renuencia a comunicarse y compartir con los padres, este es un momento que constituye una “tormenta perfecta”.
Según muchos profesionales de la salud mental, los adolescentes pueden beneficiarse especialmente de la terapia, porque están bajo mucha presión y se encuentran en una edad en la que tienen que tomar decisiones que pueden afectar todo su curso de vida.
